Publicación original en MariskalRock 15.11.2022
El pasado 28 de febrero Bocanada cerró en casa la gira “El despertar de las fieras”, una gira que les ha llevado por todo el estado, y en la que han defendido, sin artificios, su rock and roll callejero. El último concierto de la gira fue poesía, actitud y alegría, comunión y diálogo con un público entregado. Fue una fiesta de fin de gira, en la que Martín Romero y compañía estuvieron arropados por su gente más cercana.
Le tocó calentar el ambiente a Bicho Z, banda de Logroño, que, como Bocanada, hacen rock and roll, sin artificios ni lentejuelas. Víctor, vocalista, agradeció a la gente de Iruña que se acercara un rato antes a escucharles. “Si a los hermanos de Bocanada les va bien, a nosotros nos va bien”. Humildad, elegancia y mucha actitud, eso es Bicho Z. Comenzaron con “Fuego” y “Dejando la ciudad”, dos temas de puro rock, que encendieron a un público que quizás no esperaba tanto de esta banda logroñesa. Tras “Camino” y “Metacrilato”, Bicho Z acabó por todo lo alto, y es que, como dijo Víctor, “un concierto de rockanrol no puede terminar sin tocar un tema del maestro Rosendo”. Y así fue, “Agradecido”, con Kutxi Romero como invitado, pondría el broche final al concierto. Agradecidos estuvimos los presentes de poder disfrutar del buen saber hacer y del rock´n´roll de Bicho Z.
Tras Bicho Z, el escenario fue de Bocanada. Vaya comienzo intenso con “Para siempre”, Martín Romero es puro amor y sentimiento. Su energía desbordante no le permite dejar de dar vueltas, cantar, saltar y arrodillarse. La camiseta de Red Hot Chilli Pepers con la que salió a escena, pronto terminó hecha añicos. No aguantó ni el primer bis de tres temas (“Para siempre”, “Comiendo soles” y “El demente”). Martín, desde que comenzó, iba advirtiendo de las canciones que les quedaban para terminar, poniendo nervioso a un público que se había acercado desde Berriozar, y que quería más y más Bocanada.
Un momento especialmente emocionante de la noche, fue en “Cucarachas” cuando Aaron Romero, sobrino de Martín, e hijo de Kutxi, subió a cantar. “Quiero invitar a una de las personas que más quiero, mi sobrino Aaron”, dijo Martín. La ovación a los de Berriozar fue tremenda. Y además Aaron lo hizo genial, de casta le viene al galgo, y es que no podía ser de otra forma. Y eso parecía una fiesta familiar, pues en la siguiente canción “Río”, quien subió a cantar fue el padre de Aaron y hermano de Martín, Kutxi Romero, alma máter de los míticos Marea.
La complicidad y el cariño entre la gente de casa se materializó en algo que sorprendió a los propios Bocanada. Cuando finalizaron “Golpe de mar”, un tema del último disco “Ahora que los leones duermen”, y del que se ha grabado un videoclip, el público, en una genial coordinación y compinchería, como dicen en América, lanzó al escenario decenas de paquetes de tabaco vacíos, como si fuesen los ladrillos que en el videoclip dejan envuelto a Martín.
Un público entre el que se podían ver familias venidas de Berriozar, con niños fans de la banda, los jóvenes del pueblo, que no dejaron de animar durante todo el concierto al grito de “¡Bocanada oe oe oe Bocanada!”, y que corearon igualmente el nombre de Manuel, segundo guitarrista, que según dijo Martín, va a volver más pronto que tarde a tocar con la banda.
“Mala hierba” y “Campo a través” pusieron el broche a un concierto intenso, repleto de rock, actitud, desenfado y camaradería, con un Martín Romero que lo dio todo, que se implicó con el público hasta el punto de recorrer la sala invitando a la gente a cantar. Fue una gran fiesta de fin de gira, con unos Bocanada que demostraron encontrarse en muy buen estado de salud y forma.
Diego M. Roig 
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